Aunque seguramente la raíz del problema haya que buscarla más atrás, lo cierto es que al ataque del Real Madrid se le ha apagado la luz en los dos últimos partidos. No extraña que los blancos se quedaran a cero ante Levante y Racing, ya que, en ambos partidos, el equipo de Jose Mourinho apenas tiró un par de veces a puerta. Dos remates por encuentro, que contrastan con los 16 con los que inició la Liga en La Romareda.
Aquel día, el Madrid hizo la friolera de 39 disparos. Una auténtica barbaridad que se tradujo en un marcador escandalosO (0-6). Pero a los blancos tampoco les hacen falta grandes alardes para golear. Ante el Getafe, de seis remates entre los tres palos sacó cuatro dianas. Sumó 10 intentos más.
El promedio, que no la frecuencia rematadora, comenzó a resentirse en el debut en Champions, ante el Dinamo de Zagreb. 23 remates, 14 de ellos a puerta, para hacer apenas un gol. De todas formas, aquellos registros parecen mucho más lejanos en el tiempo de lo que realmente están (una semana larga). Ante el Levante, el Madrid remató 13 veces por las 11 de su rival que, pese a todo, le ganó en puntería -cuatro a puerta por dos de los blancos- y, sobre todo, en efectividad (1-0). La tendencia se mantuvo en El Sardinero, donde el Madrid se apuntó 16 remates, pero sólo dos entre los tres palos. Los mismos que el Racing, con el que también empató a tino. O a falta de él, para ser más exactos
Aquel día, el Madrid hizo la friolera de 39 disparos. Una auténtica barbaridad que se tradujo en un marcador escandalosO (0-6). Pero a los blancos tampoco les hacen falta grandes alardes para golear. Ante el Getafe, de seis remates entre los tres palos sacó cuatro dianas. Sumó 10 intentos más.
El promedio, que no la frecuencia rematadora, comenzó a resentirse en el debut en Champions, ante el Dinamo de Zagreb. 23 remates, 14 de ellos a puerta, para hacer apenas un gol. De todas formas, aquellos registros parecen mucho más lejanos en el tiempo de lo que realmente están (una semana larga). Ante el Levante, el Madrid remató 13 veces por las 11 de su rival que, pese a todo, le ganó en puntería -cuatro a puerta por dos de los blancos- y, sobre todo, en efectividad (1-0). La tendencia se mantuvo en El Sardinero, donde el Madrid se apuntó 16 remates, pero sólo dos entre los tres palos. Los mismos que el Racing, con el que también empató a tino. O a falta de él, para ser más exactos.
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